En vista de las numerosas especies de hongos disponibles en el mercado, hay que tener especial cuidado a la hora de escoger el caldo con el que maridarlas, atendiendo a su sabor, procedencia, textura y aroma. No obstante, apostar por un vino tinto crianza siempre es una buena opción.
Foto: Marco Floriani |
Puede comerse frito como crudo, cortado a finas láminas y macerado en aceite de oliva. Aparece en otoño después de veranos tórridos. Crece con facilidad tanto en terrenos silíceos como calcáreos, sobre todo bajo los robles y el castaños.
Vino: tinto crianza
Níscalo o Lactarius deliciosus
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Sólo se utiliza el sombrero de la seta. Se utiliza como guarnición en los guisos de carne, de caza (perdiz, conejo o liebre) y se cocina a la brasa. Se conserva en sal para utilizarlo fuera de temporada, para hacer los típicos "platillos" (guisos de carne con setas). Igualmente se conserva a la vinagreta y se utiliza como entrante o para acompañar un entremés.
Vino: tinto crianza
Calocybe gambosa
Foto: Miguel Higelmo |
Conocida también como Seta de San Jorge o Seta de Primavera , este hongo es un comestible excelente, catalogada entre las cinco especies más sabrosas. Hasta hace muy poco tiempo, en la montaña, era la única seta que se recogía. Es típica en toda la zona la “sopa de setas”.
Vino: blanco joven
Marasmius oreades
Foto: www.moralzarzal.com |
Buen comestible. Tiene un olor y un sabor agradable, el pie se desecha. Es muy apto para desecar y usarlo posteriormente como aromatizante en guisos y sopas. Para desecarla se cosen por el pie con un hilo, para formar una ristra que luego colgaremos en un lugar seco, estarán secas en una semana, luego las podremos guardar en un bote. Se comercializa desecada.
Vino: tinto joven
Ahora sólo queda disfrutar de este alimento de temporada en buena compañía y con el caldo apropiado. Bon appétit!